Las estrías se producen cuando la piel se estira más allá de su flexibilidad, rompiendo las fibras de las que está hecha. Al romperse, el cuerpo trata de repararlas de la forma más rápida posible, que no es con la mejor calidad, esto hace que se “rellenen” sin pigmento y con tejido más delgado. Al principio son rojas (es como una herida) y con el tiempo se difuminan a blancas.

 

Las estrías son muestra de las maravillas que puede hacer el cuerpo. Salen cuando pasamos por la pubertad y crecemos y adquirimos curvas, cuando tenemos un embarazo, cuando el cuerpo se adapta a los cambios. Son muestra de fortaleza, de adaptabilidad, son una respuesta ante nuestro camino de vida.

 

Más que tratar de deshacernos de ellas para entrar en un inalcanzable estándar de belleza hay que hacer las pases. Admirarlas como las marcas de tigresa que son y desde ese lugar de amor y comprensión darle herramientas a la piel para que esté saludable.

 

Al ser cicatrices que se producen desde dentro son sumamente profundas, por lo tanto es difícil ver resultados con un sólo producto y muchos de los productos que venden comercialmente ni siquiera te indican que necesitas piel limpia y exfoliación previa para que penetren los activos.

 

La combinación que recomendamos de Menjurjes Chingones es Membarro, Sunset Gel y el Antiserum Antiacné. Los tres juntos hacen un ligero peeling en la piel que ayudan a regenerar la misma, a cicatrizar, a que se produzca colágeno nuevo. Todo esto da como resultado que se difuminen las estrías y cualquier otro tipo de cicatriz (de acné, cortadas, quemaduras, cesáreas, marcas de varicela etc). Funciona diferente para cada persona y depende de qué tan recientes estén pero desde las primeras aplicaciones se nota una diferencia en la firmeza y salud de la piel. La frecuencia de uso recomendada para estos caso es Membarro una vez al día y Sunset Gel y el Antiserum Antiacné de preferencia dos veces al día.

 

El ritual de tocarnos y untarnos menjurjes con paciencia y amor nos ayudará a sentir nuestra cuerpa, a reclamarla y habitarla para de ésta forma empezar a recorrer el camino de reconciliarnos con ella y eso es lo que más vale la pena, porque al final lo mejor para las estrías es cuidarlas, apapacharlas y acariciarlas.

Publicado por General Asistente, con texto de Araceli De Anda.

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