¡Para nada! Los aceites sintéticos derivados del petróleo sí hacen eso, se quedan en la superficie de la piel y del cabello, no permiten el paso del agua (o sea que eventualmente producen deshidratación) y promueven la producción de más grasa, además que se requieren limpiadores muy agresivos para removerlos. La mayoría de cremas, acondicionadores, lociones y hasta algunos shampoos contienen este tipo de aceites (busca ingredientes como aceite mineral, dimeticona, o cualquier ingrediente terminado en “cone” o “cona”).

En cambio, los aceites naturales (tanto esenciales como vehículo) equilibran la piel y el cuero cabelludo. Como son aceites, pueden dar una apariencia brillosa a pieles grasas pero actúan como limpiadores (matan bacterias y hongos), lo que hace que la piel no tenga que producir cebo como mecanismo de defensa y además diluyen la grasa de la piel/cuero cabelludo. Si tu piel es seca ayudan a hidratarla y regenerarla (si tu piel es MUY seca, puedes aplicar el aceite y después alguna crema más pesada). En el cabello ayudan a disminuir el frizz, lo protegen del maltrato diario y lo equilibran e hidratan. Por regla general, recomendamos comenzar con poco producto e ir incrementando según tus necesidades.